Para realizar la distribución de la energía eléctrica, un conjunto de cables eléctricos (más delgados que los usados en líneas de transmisión) se encarga de transportar la energía eléctrica desde una subestación hasta los consumidores finales. Estos cables se soportan de postes cuya altura es menor a la de las estructuras de una línea de transmisión, debido a que se traslada menor cantidad de energía a un voltaje menor.
Las líneas que forman parte de una red de distribución se operan de forma radial, cuando existe una avería, un dispositivo de protección situado al principio de cada red lo detecta y abre el interruptor que alimenta a esta red para evitar cualquier inconveniente.